La determinación lo llevó al éxito 69 a 60 ante Peñarol, en el útimo partido de la primera fase de la Liga Nacional de Básquetbol.
por Marcelo Solari
Quilmes se hizo fuerte en la adversidad. Afrontó con una enorme decisión un partido que no había comenzado para nada sencillo y se dio el gran gusto en el superclásico, al vencer a Peñarol, por 69 a 60, en el útimo partido de la primera fase (Regional) de la Liga Nacional de Básquetbol.
De esta manera, los dos conjuntos marplatenses iniciarán la siguiente instancia del certamen 2016/17 (fase Nacional) con idéntico récord (8 victorias y 10 caídas).
Con una rotación muy limitada a causa de las ausencias de Diego Cavaco y Enzo Ruiz -afectados por sendos desgarros-, el conjunto de Luro y Guido consiguió llevar el desarrollo para el lado más conveniente y se quedó con el triunfo en forma justificada.
En un arranque sumamente desprolijo del juego, sucedieron algunas cosas poco frencuentes. Una, Rob Reed tuvo que salir antes de los 2 minutos por llegar a las dos faltas personales. La otra, el “tricolor” estuvo 5m30s sin anotar punto alguno.
A los dos les costaba una enormidad anotar, pero al “tricolor” mucho más. Y además, a los 3 minutos también había tenido que prescindir de Iván Basualdo (dos faltas). Esa salida dio lugar al ingreso de Ariel Eslava, quien con el correr de los minutos se convertiría en una de las figuras.
En esos primeros tramos del encuentro, Alejandro Diez se hacía dueño de los rebotes y si bien Luca Vildoza cortó la sequía, Peñarol ganaba claramente 10-2.
Sin embargo, en los últimos 4 minutos del cuarto de apertura, el juego cambió drásticamente de manos. Liderado por Vildoza (autor de 9 de los primeros 11 puntos de su equipo), Quilmes pasó al frente 11-10.
El contexto de partido ya era otro. Sin ganar en precisión -los dos fallaron demasiados tiros y perdieron muchas pelotas-, al menos la paridad le cambió el atractivo a un inicio abúlico.
Y en ese marco, a Quilmes se lo vio más enfocado y logró capitalizar cierta pasividad de su adversario para tomar una muy buena ventaja (30-22) a partir de dos triples seguidos de Tracy Robinson -de muy buen primer tiempo-, antes de cometer su tercera falta personal.
Peñarol obtuvo dividendos de una situación de duda de su oponente y se enseguida en juego (30-30), aunque fue Quilmes el que cerró mejor para llevarse la delantera en el score a los vestuarios.
Pese a que la limitada presencia en cancha de Basualdo -apenas pudo completar 9 minutos- aún quedó más condicionada al cometer su cuarta personal (apenas iban 2m30s del tercer cuarto), Quilmes emergió como dominador de la mano de su defensa.
A Peñarol le costó muchísimo encontrar los caminos al aro en una noche de casi nula efectividad con su tiro abierto (5/28 en triples, un 18%) y sus numerosas entregas de balón (totalizó 19 pérdidas).
Sin hacer grandes cosas pero intentando hacer valer cada posesión, el equipo de Javier Bianchelli fue incrementado la brecha (48-37, 50-38).
Quilmes tenía dos ausencias importantes pero también es cierto que la condición de Leo Gutiérrez está lejos del ideal y eso se tradujo en su frustración también.
Al iniciarse el segmento final, Eric Flor iba ganando cada vez mayor protagonismo y el juego de pies de Ariel Eslava enloquecía a sus defensores.
Sin embargo, el alto precio de su contracción defensiva Quilmes lo pagó con acumulación de infracciones. Y con 7m30s por jugar, a tenía a Robinson, Basualdo y Eslava con 4 personales cada uno, aunque el primero que tuvo que irse antes de tiempo fue Roberto Acuña.
El punto culminante de la supremacía quilmeña llegó a 5m45s del epílogo: 61-42. Parecía cosa juzgada. Pero no. A partir de una ráfaga del chileno Sebastián Suárez, Peñarol se animó. Salió a presionar más arriba, provocó errores y sembró algunas incógnitas en el rival.
En apenas dos minutos, Quilmes perdió la mitad de su ventaja (61-51) y a sus dos internos por llegar al límite de faltas. Aún sin el respaldo de su tiro perimetral, Peñarol logró acercarse a 62-55 con 2m10s por jugar. La titánica tarea de Ivory Clark (5 puntos y 15 rebotes) parecía no ser suficiente.
La tensión podía percibirse en el Polideportivo. Hasta que un doble con falta incluida de Bruno Sansimoni le puso punto final al suspenso. El base olavarriense -tuvo un brillante cierre- lo festejó de rodillas de cara a su tribuna. Todavía quedaba más de un minuto pero la historia ya estaba escrita.
Síntesis
Quilmes (69): L. Vildoza 17, E. Flor 9, T. Robinson 14, I. Clark 5 e I. Basualdo 0 (x) (FI). A. Eslava 13, B. Sansimoni 10, J. Merchant 0. DT: Javier Bianchelli.
Peñarol (60): J.P. Figueroa 2, R. Reed 17, F. Giorgetti 2, A. Diez 10 y R. Acuña 8 (x) (FI). S. Suárez 14, N. Zurschmitten 5 (x), L. Gutiérrez 0, J.M. Torres 2. DT: Marcelo Richotti.
Estadio: Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”.
Arbitros: Daniel Rodrigo y Leonardo Zalazar.
Parciales: 13-12, 35-30 y 50-41.